Lee con atención el siguiente texto y contesta las preguntas correctamente.
CONSUMO CULTURAL.
Crecer o perecer… los lectores en México.
Los avances de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación han ido desplazando la difusión de contenidos bibliográficos en su misión de poner el saber en nuestras manos.
Se refleja a realidad de la comunicación en México, y pone en evidencia que la sociedad mexicana pasa de panzazo en un sistema excluyente, en el que no se logran aprendizajes para la vida. Si embargo, el libro persiste como el medio más eficaz para transmitir el conocimiento. No cabe duda, la difusión de contenidos bibliográficos en la web, las fotocopias y la piratería, merman de forma considerable las ventas de libros. Pero no hay que engañarnos, en nuestro país el principal problema de la industria editorial es falta de lectores, pues la poca demanda encarece producción y dificulta la oferta.
El sector librero mexicano se nutre de 229, 12 editores de los cuales son macro: éste reducido grupo ocupa 55.3% de las ventas del sector. Actualmente existen cerca de 2,000 puntos de venta, es decir, uno por cada 53 mil habitantes. Y según las investigaciones del Conaculta, el 56.6% de la población nunca ha entrado a una librería. De acuerdo a la UESCO, ocupamos la posición 107 en índices de lectura, de un total de 108 países. En promedio, cada habitante lee 1.5 libros al año. Aunque la Encuesta Nacional de Lectura, es un poco más optimista con un índice anual de 2.9 libros por mexicano.
Además, hay que considerar, que 70% de los libros que se consume son leídos de forma obligatoria por niños y jóvenes durante su periodo de estudios. Esto nos deja solo 0.5 libros por personas leídos por motivos distintos a la educación. Lo anterior significa que el mercado libro mexicano se mantiene por la venta de libros de texto, además, hay un grupo focalizado de mexicanos con un nivel de lectura superior al promedio nacional, que conforma un mercado que permite que en México se sigan editando y publicando libros.
Considerando que nuestra población es muy joven (57% menor a 30 años) la esperanza esta en ampliar la demanda hacia este sector de la población, con medida y estrategias que promuevan la lectura. En nuestro país existen diferentes iniciativas programas de fomento al hábito de la lectura. Por ejemplo, Conaculta, dirigidos a personas de todos los rincones del país que deseen acercarse a este hábito, además de otras iniciativas ciudadanas. Y para contagiar a niños y jóvenes: olvídate de todo concepto de provecho y utilidad práctica, leer es un placer. La obligatoriedad lleva a resultados contraproducentes. Carga siempre con un libro y mantenlo a la vista de tu casa. Recomienda títulos, pero siempre permite que el lector elija lo que le interese. Cambiar la historia depende de lo que hagamos ahora.